21/10/10
Antidepresivos para otoño
Hace tiempo se puso de moda un libro (“Más Platón y menos Prozac”) cuya tesis era, más o menos, que mucha gente pierde las ganas de seguir aquí por falta de lucidez. Es evidente que el autor simplificaba y que no todos los “males del espíritu” tienen ese origen, pero toda una corriente de la psicología estaría de acuerdo. Se podría resumir en: “donde no hay lucidez hay síntomas”.
Hoy he recibido una dirección (gracias) que me ha dejado sorprendido. Se trata de un nuevo método terapéutico (propongo) muy muy breve para bajones de interés, despistes, soledades, apariciones del enemigo malo (el desánimo), entradas en bucles mentales, desorientaciones y otros malestares del coco. Puede ser mano de santo.
Digo puede ser porque no está probado, que yo sepa. Una típica sesión terapéutica consistiría en sentar al individuo/a que llega tristón delante de una pantalla grande, conectar con la dirección que digo y charlar sobre lo que se ve. Si a los cinco minutos al sujeto no se le pone cara de felicidad, le vuelve la sonrisa y quiere incluso dejar de fumar para vivir más, se le deriva a un psiquiatra, (porque lo suyo ya es de otro negociado) y se hace entrar al siguiente.
Si esto se acompaña con música de Pink Floyd (es un ejemplo), el método puede ser una revolución y una ruina para el gremio.
El enlace en cuestión es muy breve:
http://1x.com/
La foto de arriba es una de las miles que aparecen, en concreto de la serie “nigth” aunque yo prefiero las macros. Dándole al menú de la derecha se puede elegir el tema y en las que pone “Nude content” no siempre hay señoras mostrando sus encantos.
14/10/10
Los desfiles
Estoy de acuerdo con la sugerencia de David Trueba de que los desfiles nacionales deberían ser rotatorios entre los ministerios. ¿Qué es eso de que solo los militares puedan recibir el aplauso de los ciudadanos? Que yo sepa hay muchos otros enemigos y nadie les grita vivas a quienes nos defienden de ellos.
¿Para cuándo un desfile de médicos de la Seguridad Social luciendo marciales sus antigripales por la Castellana? ¿A qué se espera para que los técnicos del Banco de España o del Ministerio de Economía y Hacienda luzcan orgullosos por la Gran Vía madrileña los ordenadores con los que nos defienden de los temibles ataques de los mercados de la deuda?
Yo iría más lejos y clasificaría a los enemigos nacionales según su peligrosidad. En primer lugar deberían desfilar los fiscales anticorrupción y los inspectores de hacienda seguidos de los policías antimafia y anti-tribus-urbanas. Luego ya vendrían los militares y espías (disfrazados de lagarterana claro) seguidos de la brigada anti-timos de la Guardia Civil y los expertos del Instituto Nacional de Meteorología.
Porque vamos a ver: de acuerdo que los fundamentalistas talibanes tienen muy mala leche y están pirados pero su capacidad de daño, a estas alturas, es más bien limitada, salvo para sus compatriotas. En cambio un tiburón de Wall Street puede dejar literalmente en pelotas a media población. ¿Quién es más peligroso?
Yo propondría que también desfilaran el día de la Hispanidad los catedráticos de filología, los investigadores, los humoristas, los fisioterapeutas, los que hacen cine, los que nos defienden de los correos basura, de los ruidos, de la contaminación, del aburrimiento, de las medusas, de algunos tertulianos y muchos otros.
Lo que veo más difícil es elegir mascotas. No imagino yo el equivalente a la cabra de la legión en el ministerio de Educación visto el puesto que ocupa España en el ranking mundial de Universidades. ¿Un burro?
13/10/10
Pamacari, quepis, chucha...
Pamacari, quepis, chucha, aguarunas, chuncho, huambisas, zarpas, tangana, mangaches, paucares, gamitada, yarina, bagres, bocachicos, hualo, maquisapa….
Cuando veo estas palabras, (de las que no conozco ninguna) pienso que, o el castellano (¿español?) es muy grande, o mi cabeza muy pequeña, o las dos cosas a la vez. No me extraña mucho porque en los concursos de la tele que tratan de palabras y sinónimos apenas acierto una pero alguien debería hacer algo para no ir deprimiendo a la gente. ¿Soy un inculto, después de pasarme toda la vida leyendo?
Cada vez tengo más claro que muchos idiomas son artificiales y sus límites muy imprecisos. Si los chinos juntaran el mandarín y el yue en un solo diccionario se podría decir que media humanidad habla chino aunque muchos no se entiendan entre sí. Pues lo mismo sucede con el castellano. Unos datos:
Población idiomahablante (palabra en javierés)
Países con mayor número de lenguas:
Papua-Nueva Guinea 832
Indonesia 731
Nigeria 515
India 400
México 295
Camerún 286
Australia 268
Brasil 234
Si México (por ejemplo) decidiera juntar sus 295 idiomas en uno solo (el mexicanés) o si Papúa-Nueva Guinea hiciera lo mismo (el papuanuevaguineanés) sus diccionarios serían inmensos y los chavales se volverían locos en las escuelas.
Las palabras del principio pertenecen al primer capítulo de “La casa verde” de Mario Vargas Llosa. No sé si me gusta porque me paso todo el rato buscando significados y pierdo el hilo de la trama. ¿Cómo hace la gente? ¿Qué haces tú (amable lector) cuando te encuentras con “gamitada” o “yarina” en un escrito y no eres peruano de la parte del norte?
Porque yo, que vengo de ciencias, no avanzo un párrafo sin haber comprendido completamente el anterior, y claro, me pasa lo que me pasa. Con las novelas en gallego, catalán o incluso valenciano ni lo intento pero se supone que a Vargas Llosa debería entenderlo ¿no? Pues no. Algunas veces me da algo de vergüenza. Pero como he decidido no ser culpable ya nunca más de nada, tengo un problema. Y la solución fácil es echarle la culpa a Don Mario, por muy Premio Nobel que sea.
(Pd. la foto de arriba es de un maquisapa, que resulta ser un mono peruano. Por el contexto de la novela no se deduce ni de coña. ¿Para quién escribe?)
8/10/10
Circumnutaciones
Intrigado por la curiosa forma de moverse que tienen algunas plantas al nacer llevo varios días leyendo todo lo que cae en mi pantalla sobre el tema. Tras buscar y rebuscar puedo decir, como Machado, que he andado muchos caminos, he abierto muchas veredas; he navegado en cien mares, y atracado en cien riberas. Por supuesto, todo sin moverme de casa. Resumo lo encontrando.
Para la llamada escuela de Frankfurt, las plantas se mueven de pura alegría. Según sus investigaciones, las semillas se ponen muy contentas cuando rompen la cubierta que las protege y saludan al mundo en señal de agradecimiento. Son perfectamente conscientes de que su destino natural era el estómago de algún bicharraco y vivían encogidas y asustadas, como temblando de miedo. Cuando ven la luz por primera vez casi no se lo pueden creer. Se dicen unas a otras “¡ estamos vivas ¡”. Todo esto en un lenguaje que algunos lingüistas-botánicos (nueva rama de filología con gran futuro) están empezando a estudiar.
Otra escuela, cuyos representantes son mayoritariamente asiáticos de la parte del sudeste, sostienen que las plantas no se alegran en absoluto de ver la luz porque tener que realizar todos los días la función clorofílica es como una condena. Sus movimientos acompañan cánticos a coro algo desacompasados. El equivalente humano sería el canto de las minas y su contenido es bastante triste. Son manifestaciones de una depresión colectiva por no poder moverse y ver mundo como los animales a los que envidian. La mayoría se avergüenza de sus raíces.
Una tercera corriente de teóricos, representada sobre todo por canadienses y noruegos, sostiene que las plantas nacen ya despistadas y con algo de angustia existencial. Literalmente no saben hacia donde mirar. Viven en la incertidumbre dudando constantemente entre si ir para un lado o para otro. Son algo débiles de carácter y no poseen convicciones firmes lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Algunos lo resumen con la frase de “no se mueven atraídas por la luz sino empujadas por las sombras”.
En el último Congreso Internacional de expertos en movimiento de plantas al nacer, celebrado en Bombay hace poco, las espadas estaban en alto. Tan solo una de las ponencias, presentada por un estrafalario poeta turco, mostraba el resultado de sus experimentos en los que quedaba clara la influencia de una molécula (la auxina) en los movimientos en espiral de las plantas buscando la luz.
El poeta alegaba que ya Darwin, en 1865 y bajo el título de «The Movements and Habits of Climbing Plants» en el Journal of the Proceedings of the Linnean Society of London, vol. 9, páginas 1-128, exponía claramente las causas de este movimiento habiéndole dado incluso un nombre que él juzgaba precioso: circumnutaciones. Intentó leer un soneto que había compuesto como prólogo a su trabajo pero fue abucheado sonoramente por sus colegas y tuvo que salir del congreso escoltado por la policía. Nadie ha vuelto a saber nada de él.
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