20/11/09

Carl Ferdinand Braun




Para la mayoría de las personas este nombre no dice nada. Sin embargo es difícil encontrar a alguien cuya influencia haya sido mayor para la humanidad a lo largo de toda su historia. Sólo se me ocurre compararlo con la invención del reloj ( que no sé si es bueno o malo), el jabón, las botellas, los lápices, los móviles, los cristales de las ventanas, la silla, los coches, y algunas cosas más.

Este señor inventó en 1897 un tubo de cristal bastante grande capaz de dirigir unos rayos misteriosos todavía desconocidos. Tras muy pocas transformaciones el chisme se convirtió en las televisiones actuales, que empezaron a venderse hacia 1940. Pronto serán sustituidas por las de plasma y el invento pasará a la historia como una curiosidad de museo pero pienso que hay un antes y un después de la televisión.

Yo creo que España no cambió por la llegada de los turistas o la democracia. El verdadero cambio fue cuando en el último rincón del país pudo verse el mundo por una ventana que se encendía en el salón. La cantidad de información que llega por ese medio es mucho mayor que lo que se aprende en la escuela. Al fin y al cabo a la escuela van los niños pero la tele llega a todos.

Recuerdo mis primeros viajes por la España profunda con abuelos sentados al borde de la carretera para ver pasar coches. Si uno entraba en un bar de algún pueblo perdido acompañado de una chica, los del lugar guardaban silencio y se quedaban mirando fijamente cada detalle.

Hoy, en el último rincón de España muchos tienen Ipod, manejan Internet y están casi más informados que los habitantes de cualquier ciudad grande porque hablan más entre si. Otra cosa es el contenido de los programas más vistos pero incluso los peores son mejores que nada. Si uno compara la información que tiene la gente ahora con la que tenía antes, la diferencia es abismal. Todavía quedan restos minoritarios de personas que se escandaliza por algunas cosas pero están casi desapareciendo. El bikini ya no provoca escándalo.

Cada vez lo veo más claro: lo mejor que se puede hacer para elevar el nivel de vida de las personas no es obligarles a aprenderse ríos y reyes. La mejor escolarización universal ha venido de la mano de la televisión, que ha fomentado la imaginación y la cultura de lugares aislados.

Los inmigrantes vienen porque han visto por la tele como vivimos aquí. Antes ni se lo planteaban. Al regresar a sus países cuentan nuestras costumbres y eso hace cambiar a sus sociedades. Hay un curioso fenómeno que he leído hace poco: el índice de mal trato a las mujeres en países donde esta práctica no estaba penada por ley (Centroamérica y el Magreb) está disminuyendo rápidamente. La causa es que las emigrantes que retornan les hacen ver a sus familias lo extraño de tales prácticas, y lo que ven por la televisión.

Seguro que Braun nunca pudo imaginar el inmenso efecto que su invento tendría en nuestras vidas. Pienso que es uno de los pocos que si merecen un monumento.

5/10/09

Curioso razonamiento



Leo en El País del lunes 5 de octubre del 2009 (pag. 18) que “Con los datos del FMI, España será el único país de la zona euro que seguirá en recesión en 2010, con excepción de Irlanda”.

Pues hombre, si también está Irlanda, ya no es el “único”.

Curiosa forma de razonar, o de exponer. Sería tanto como decir que “con excepción de su mujer, Pepito Pérez es el único habitante de una isla desierta” o que “salvo otros quince pasajeros, sólo se salvó un hombre de un accidente aéreo”.
De hecho, mientras escribo esto, soy el único que está sentado escribiendo cosas en un ordenador en esta sala, excepto otros doce compañeros que también están haciendo lo mismo.

¿Qué quiere decir exactamente el redactor de esta noticia? ¿Y por qué la escribe así? Ya se sabe que, desde hace tiempo, El País la ha tomado con el gobierno de Zapatero. Parece que la causa de este distanciamiento, de la que no estoy muy al tanto, es dinero. Cosas de derechos del fútbol, lo del Canal+, lo de la TDT de pago, o cosas así.
Tal vez el problema sea que Cebrián (y el País), al ser oficialmente el único órgano de prensa “pro-PSOE” y sentirse un poder fáctico (que lo es, y mucho) querría que ZP legislara, en ciertas materias que le afectan profundamente (es decir, al bolsillo), de forma favorable a sus intereses. Esto no es nuevo y ya se vio en la época de Felipe González. Lo nuevo es que esta vez ZP no se ha dejado manipular y ha favorecido a otro grupo (La Sexta y El Periódico), haciéndole mucha pupa al bolsillo del País (junto con ediciones Santillana).

¿Quién ganará el pulso? ¿Puede un gobierno socialista mantenerse en el poder si el principal medio de comunicación que le era favorable se le pone en contra y le machaca diariamente con noticias claramente manipuladas para desprestigiarle?. Yo creo que no y las últimas encuestas (publicadas por ese mismo periódico) lo confirman. La popularidad de ZP ha caído en picado. El PP le saca ya 3,6 puntos en intención de voto.

No es un consuelo pensar que Rajoy no despega y es todavía peor valorado, incluso por los suyos, por lo mal que maneja el tema de la corrupción. De celebrarse unas elecciones hoy tal vez ganara el PP. Todavía queda mucha crisis por delante y, aunque ZP lo esté haciendo bien (según mi opinión), la gente con dinero no acepta que le suban los impuestos para evitar una guerra civil.

Creo que España no soportaría cuatro millones de parados hambrientos y que la única forma de evitar un conflicto grave es que no gobierne la derecha porque limitaría los subsidios a los más pobres y estos se cabrearían. Pienso que la única receta (ahora, en plena crisis) es que los más ricos paguen de su bolsillo la paz social vía impuestos. Si no quieren que los obreros empiecen a hablar de comunismo, los ricos tienen que taparles la boca y llenarles el estómago, y eso cuesta dinero. Es una especie de impuesto revolucionario, de acuerdo, pero la alternativa es peor, incluso para ellos. Los más listos lo aceptan. Los más burros se niegan y piensan que el problema lo solucionará la Guardia Civil.

¿Cuántos parados sin subsidio puede aguantar España sin que se empiecen a quemar coches y asaltar supermercados? ¿Quién ganará el pulso ZP-El País? ¿Tendré que dejar de comprar este periódico para castigar a Cebrián y que deje de meterse tanto con un gobierno que (para mi) lo está haciendo lo mejor que sabe y puede? Me jorobaría bastante porque ya me he acostumbrado a leerlo cada día y no me gustan los demás pero estoy bastante enfadado.

Te lo digo claramente, José Luís Cebrian:
¡ O dejas de meterte sistemáticamente con el Gobierno de ZP o dejaré de comprarte y te arruinarás. Leeré tu periódico por Internet y te perderás cada mes casi cuarenta euros ¡
Ya sabes que no me gusta mucho la prensa demasiado objetiva y que la prefiero un poco tendenciosa de izquierdas, que no me gusta el telediario de la 1 porque es demasiado imparcial y salen mucho los del PP diciendo sus gilipolleces pero, o nos ayudas a mantener fuera del poder a los de derechas, porque les gusta mucho meter la mano en la caja común, o ya no te ajunto.

15/9/09

Datos



Hay muchos diálogos entre personas "civilizadas" que terminan porque uno de los interlocutores pone en duda la fiabilidad de los datos de su oponente. No es frecuente entre quienes buscan juntos la opinión que mejor se ajusta a la verdad o que se intercambian información mutuamente interesante, pero se da a veces.

Creo que hay varios posibles factores que explican esta abrupta terminación de tales diálogos. Uno de ellos es puramente cultural. No de cultura en sentido de diversidad de pueblos sino de falta de cultura por no haber cursado una asignatura que se llama estadística y cuyas nociones elementales se estudian ya en el bachillerato.

Dudar de la estadística como ciencia es un signo de incultura parecido a desconocer la noción de disco duro, de la televisión digital o de la capital de Francia. La idea de media, de correlación entre variables o de muestra representativa descalifican a un interlocutor e imposibilitan un intercambio normal de información.

Los rasgos de personalidad son otro de los obstáculos para la comunicación. Si alguien pretende a toda costa imponer su criterio (por inseguridad, afán de protagonismo o ego inflado) sin atender a razones y se toma la conversación como una pugna, es fácil que el dialogo derive en discusión. Esto es más frecuente si son hombres los que discuten y hay mujeres presentes. Ya no es tanto el divertido ejercicio del intercambio de opiniones como la lucha animal por la supremacía. Suele ser inevitable salvo que exista mucha educación y cortesía por todas las partes. La interrupción, así como las descalificaciones personales (el “tu no tienes ni idea” o “no tienes información”) suelen ser incompatibles con el noble e inteligente deporte verbal de intercambiar argumentos.

Luego están los interlocutores inflexibles que suelen decir, nada más surgir una discrepancia y cuando el otro intenta exponer los argumentos que sustentan su opinión, aquello de “no me vas a convencer”.

Como dice el refrán: “la intransigencia es la angustia de que el otro tenga razón”.

Pero volviendo a las nociones elementales de estadística. Es cierto que muchos datos están manipulados, sobre todo cuando hay intereses económicos por medio. Las tabacaleras, empresas nucleares, farmacéuticas, alimenticias, médicas y otras muchas suelen comprar literalmente a científicos mercenarios para defender sus tesis. No es difícil detectarlos y las bondades de sus productos deben ponerse casi siempre en cuarentena hasta que se verifiquen.

Si un Comité de la ONU afirma oficialmente, avalado por la firma de miles de expertos, que hay efectos perjudiciales sobre el Medio Ambiente por la emisión de CO2, aunque existan cuatro que discrepen (en nómina de multinacionales contaminantes) es casi de sentido común creérselo.

También es cierto que hay fraudes en revistas científicas de prestigio. Pero son una ínfima minoría. En temas como las matemáticas, la astrofísica o la termodinámica, dudar de los datos obtenidos por los expertos, más que espíritu crítico, puede deberse a paranoia.

Un ejemplo curioso: ya desde 1897 Durkheim (uno de los padres de la sociología moderna) estudió el papel de la religión en la salud. Observó que existía una diferencia en la mortalidad entre personas que practicaban el protestantismo y aquellas que seguían la religión católica.

Cien años después los estudios más recientes publicados al respecto demuestran que las personas con creencias religiosas tienen menos riesgo para sufrir prácticamente cualquier enfermedad, pero sobre todo se describe baja incidencia de depresión, hipertensión arterial, enfermedades infecciosas, cirrosis hepática e incluso enfermedades tumorales.
El estudio no es sospechoso ya que no ha sido financiado por el Vaticano y se refiere a cualquier religión.

Yo, que no soy creyente, puedo hacer cualquier cosa con esta información salvo dudar de su veracidad. Los autores del estudio parecen científicos honestos. Podrá gustarme o no pero debo intentar entender su lógica, nunca presuponer mala fe.

También se sabe que las mujeres practicantes que tienen dos hijos, tienen menores índices de mortalidad que el resto, aunque en la actualidad se desconoce la razón que explicaría estos hallazgos.

Los datos son curiosos por inesperados y se prestan a múltiples interpretaciones. Antes se pensaba que los creyentes vivían atemorizados por la cercanía de las tentaciones del pecado y la constante necesidad de seguir una normas rígidas que les mantendrían estresados. Resulta que no es así. Yo lo encuentro verosímil ya que la religión evita (o alivia) el estres, según otro estudio de un equipo de investigación de la Universidad de Toronto liderado por Michael Inzlicht sobre una muestra aceptable.

La conclusión (y la tesis que defiendo) es que, si los datos chocan con nuestras creencias (o prejuicios) hay que tener flexibilidad mental para cambiarlas. El resto es cabezonería.

Frase corta: "¿Para qué vamos a discutir si podemos arreglarlo a hostias?"

14/9/09

Feas y feos



¿Por qué hay gente fea? ¿Por qué hay personas poco atractivas para el sexo contrario? La pregunta parece estúpida pero tiene su miga. A ver si consigo explicarla:

Si ser feo (o fea) dificulta mucho la posibilidad de ligar y, por lo tanto, de transmitir los genes, la evolución debería haber eliminado hace tiempo esta característica física. Los feos no se reproducirían, sólo lo harían los guapos y miles de años después todos deberían ser guapos.

¿Y las feas? Al no ligar tampoco transmitirían sus genes y, de nuevo, sus características físicas se extinguirían. Ser fea sería un rasgo poco adaptativo y, como tal, debería durar poco. La fealdad podría considerarse como una tara genética. Está demostrado en primates que las feas (o asimétricas) se reproducen mucho menos. Sólo ligan las “muy monas” (no explico el doble sentido por no ofender al lector).

Siguiendo esta lógica evolutiva hoy sólo deberíamos estar rodeados de Angelinas Jolies y Brades Pittes, por poner un ejemplo de personas deseables por la mayoría como compañeros de reproducción.

Pero existe Maria Teresa Fernández de la Vega, (otro ejemplo), que será una belleza por dentro (me consta que lo es porque tengo referencias directas de ello) pero por fuera.....la evolución no se esmeró mucho en dotarla de atributos deseables o, dicho de otra forma, es muy fea.

Pues la respuesta a este dilema es muy curiosa ya desde el principio: no es la misma para los hombres que para las mujeres. La existencia de feos obedece a una lógica distinta que la existencia de feas y ambas no contradicen la evidencia de que la selección natural favorece la transmisión de los caracteres que mejor permiten perpetuarse.

Antes de exponer la solución más aceptada por los expertos en el tema (los etólogos) diré las no-soluciones:

No es cierto que la belleza sea subjetiva y que para gustos estén los colores. Está demostrado, “salvo excepciones”, que la belleza masculina-femenina es objetiva, que las guapas lo son para la mayoría de los hombres (indican mayor fertilidad y salud por lo que los genes se conservarán mejor) y que los guapos gustan a casi todas (mejor salud indica más probabilidad de cuidar a la prole y más disponibilidad de recursos).

Por eso la riqueza es atractiva para la mayoría de las mujeres y los hombres hacen bien en presumir de tener un coche grande. No es que sean tontitas las que se fijan en ellos; es que su instinto las hace ver que serán mejores sementales. Los genes de los intelectuales gafotas no son sexis; gusta más Nadal o Casillas que Millás o Vincent, salvo para cuatro locas aficionadas a pensar, a los sentimientos y al romanticismo. No hablo de ciudades occidentales sino de tribus primitivas, que es lo que somos en el fondo.

Esta teoría explica el gusto de los hombres por las mujeres bien dotadas de atributos que empiezan por te y terminan por tas. Es puro instinto. No sirven las excepciones (que hay muchas y todos conocemos) porque nuestros gustos de atracción obedecen a una lógica forjada en las estepas etíopes hace millones de años. Los zapatos y las corbatas son una anécdota a escala evolutiva.

También se sabe ya que existe una definición casi universal de belleza en los rasgos, que se puede comprobar al darse cuenta de que Nefertiti ha sido considerada muy guapa desde hace más de 3.000 años por todos los que la han visto, incluidos legionarios y obreros de la construcción (de pirámides).

¿Cuál es la hipótesis que explica mejor la inexplicable existencia de feas y feos? Se aceptan hipótesis.

Un resumen de la curiosa y verosimil explicación la pondré como comentario....Tiene que ver, en parte, con la supuesta (e intuitiva) relación guapo = sano y padres guapos = hijos guapos y sus intrincados recovecos....

13/9/09

Los casados viven más que los solteros


Copio y pego esta información para defender un argumento que sostenía en una conversación el viernes.

La posible explicación final me parece convincente. La síntesis es que "son las mujeres las que impulsan a los hombres a ir al médico y esto hace que el hombre se mantenga más saludable porque previene enfermedades"

08.20.2007 • Categorías
Categorías: Familia • Longevidad

Atención solteros, ahora hay una nueva razón para buscar a tu media naranja. Un estudio difundido en Francia comprobó que vivir de a dos promueve la longevidad. Es más, los casados con dos hijos son los que más larga vida pueden llegar a tener. La investigación acaba de ser publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia (INSEE) y se realizó en base al análisis de datos de 73.100 hombres y 98.100 mujeres de entre 40 y 90 años. La conclusión a la que llegó el autor del estudio, Rachid Bouhia, jefe de la División de Investigaciones y Estudios Demográficos del instituto, es que cualquiera sea la edad los solos tienen más posibilidades de morir que los casados, y que la mayor diferencia se da a los 40 y pico aunque la brecha luego se va achicando a medida que pasan los años. Por supuesto, el trabajo no deja de lado aspectos clave que hacen a la vida y la muerte, como por ejemplo pertenecer a una determinada categoría social, el nivel de educación alcanzado, el estado de salud físico y psíquico.

Sin embargo, según los investigadores, los resultados son categóricos: a iguales características, quienes tienen entre 40 y 60 años y nunca vivieron en pareja tienen más probabilidad de muerte que el resto. En términos económicos, el estudio muestra que los empleados y los obreros tienen el doble de riesgo de morir que los profesionales o los intelectuales. Y que esta brecha se reduce a la mitad si se está en pareja, sea cual sea la condición social.

“Hay muchas razones que pueden explicar estas conclusiones”, asegura la psicóloga especializada en parejas Helen Woods. “Está comprobado científicamente que son las mujeres las que impulsan a los hombres a ir al médico y esto hace que el hombre se mantenga más saludable porque previene enfermedades”, explica.

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lo que no dice el estudio es si hay diferencias entre hombres y mujeres, si varía según paises, clases sociales.... ni otras variables. Supongo que se refiere a una media....EN FRANCIA.

2/9/09

Frases ocultas



Ya me ha sucedido muchas veces pero sigue sorprendiéndome. Leyendo algo encuentro, de repente, una frase que me hace detenerme. Alguien ha sido capaz de condensar en unas palabras una idea importante. Cuando eso sucede, la subrayo, si es en un periódico la recorto, la copio, me la aprendo de memoria y, si tengo cerca a alguien, intento contársela.

Puede estar en cualquier parte aunque suele encontrarse con más frecuencia en los libros. Pienso que leer es buscar ese placer del descubrimiento, como los exploradores buscan oro en las montañas.

Hoy me ha sucedido. Escondido en un texto ha aparecido una frase increíblemente profunda y exacta. Posee la belleza de lo simple y completo, como la fórmula de la gravitación universal de Newton.

Una zona de mi cerebro ha experimentado el placer del “ajá”. Aunque ya se conocen las bases bioquímicas de este placer y las moléculas implicadas en él, sigue siendo algo mágico y asombroso. Cosas antes leídas o escuchadas cobran un sentido nuevo, como si una luz distinta las iluminara por primera vez. Poco a poco la idea va extendiéndose y comunicándose con otras. El tiempo parece detenerse y seguro que en la cara aparece un gesto especial, como de ensimismamiento (¿por qué no enmimismamiento?).

Los psicoanalistas le llaman “insight”, que podría traducirse como “darse cuenta” de alguna realidad interior. En castellano tenemos el “caer en la cuenta” que es parecido. O como la “palmada en la frente” o el “eureka” que acompaña (dicen) a los descubrimientos científicos.

A pequeña escala sería como cuando uno encuentra una solución a un jeroglifico o el truco de un proceso. Es posible que el día esté lleno de esos procesos, al encontrar un atajo, o una forma de evitar un atasco, o formas astutas de solucionar problemas cotidianos.

En el proceso terapéutico sucede que surge una idea pero puede no producir efectos inmediatos. De repente, un día y en cualquier lugar el paciente (paciente por la paciencia que tiene al soportar al analista) cae en la cuenta del significado profundo de esa idea. En ese momento comienza el cambio.

También sucede en otros campos donde una idea reveladora “cobra sentido” en el momento más inesperado. O en muchos momentos de la vida ficticia de las películas, cuando un indicio permite descubrir al asesino, o en la vida real, cuando una mirada nos hace intuir un sentimiento, o una fotografía nos permite darnos cuenta de un afecto que manteníamos oculto.

La frase que he encontrado hoy es la siguiente:

“La vida no es más que un electrón buscando un sitio en el que descansar”.


Tras muchas horas de estudio de filosofía de la Naturaleza en general y de Biología en particular, va un señor, especialista en metabolismo, y resume en una frase una de las cosas más complicadas que existen: nada menos que uno de los significados de la vida.

Puede que la frase no diga mucho a los que no están en antecedentes de los procesos fisico-químicos de la alimentación, como tampoco diría mucho un sello especial a los que no son filatélicos, o un insecto raro a los no zoólogos. Pero para quienes hemos intentado acercarnos a la bioquímica, esta frase resume chorrocientas páginas de fórmulas y las da un sentido nuevo.

El autor de la frase se llama Albert Szent-Gyorgi. Busco en Google y leo que era un bioquímica hungaro-estadounidense, que nació en 1893 y murió en 1986. Premio Novel en 1937 es conocido por aislar muchas de las vitaminas que hoy conocemos, entre otras la vitamina C. No tenía ni idea de su existencia hasta hace un rato. Sinceramente creo que lo de las vitaminas está bien, pero la frase me parece genial. Ole tus .........

22/7/09

Turismo de interior



Intentando seguir las directrices que emanan de nuestros dirigentes políticos, este verano he decidido dedicar una parte de mis vacaciones al turismo de interior.

Como no entiendo muy bien qué es lo que eso significa porque la palabra interior tiene muchas acepciones, voy a imaginarlo.

Supongo que no se referirán a visitar ninguna de las dos Castillas o Extremadura o Andalucía porque eso supondría incitar al suicidio masivo ya que, según acaban de decir desde un coche con altavoces, estamos en alerta por una ola de calor sahariano. Invitar a la gente a ir estos días a Toledo o Badajoz (por ejemplo) seguro que es un delito castigado por la ley. Seguro que no es eso lo que quieren decir nuestras autoridades.

Tal vez de refieran a visitar lugares poco conocidos de nuestros domicilios como la despensa, los trasteros, las partes que hay detrás de la nevera, o sitios similares. No es mala idea pero ¿por qué ahora? cuando tenemos todo el año para hacerlo. Tampoco debe ser eso, aunque no vendría mal.

¿Tal vez el interior de nuestros cuerpos o el de nuestras posibles parejas? Puede ser, sobre todo ahora que estamos en tasas de crecimientos demográficos negativos (decrecimientos) pero para ello también tenemos todo el año y, con este calor, pufff, da bastante pereza sólo de pensar en el sudor.

No imagino a nuestros ministros incitando (indirectamente) a las cópulas ya que eso significaría enfrentarse a las autoridades eclesiásticas a las que no les gustan nada semejantes prácticas.

Tampoco les imagino proponiendo hacer un plano de nuestras extremidades e ir anotando cada peca, mancha, arruga....etc....Es instructivo pero requiere contorsiones imposibles y cambia en poco tiempo. Uno no podría volver y decirles a los amigos: “este puente he estado visitando el antebrazo y una parte de mi pantorrilla derecha; ha sido muy emocionante”.

Ni creo que se refieran a inspeccionarnos, provistos de una linterna y algún espejo, las cavidades accesibles desde el exterior de nuestro interior del cuerpo (boca, oídos, nariz, ojos, ombligo....) porque eso, más que turismo de interior es higiene personal.

¿Más interior todavía? Como no sean los intestinos o el estómago....Tampoco creo que propongan hacernos análisis exhaustivos de sangre u orina y estudiar su significado. Se supone que son propuestas para pasar unas vacaciones divertidas, no para amargárnoslas.

Ya lo tengo: proponen seguir el imperativo socrático de: “conócete a ti mismo”. Lo que quieren es que, o bien iniciemos sesiones colectivas de psicoanálisis o que nos dediquemos al estudio y práctica de la filosofía oriental.

Pues si era eso lo que proponen, aquí me tienen el primero. Voy a empezar por uno de los más importantes test auto-administrados para conocer mi personalidad. El test de “Los Cinco Grandes”.
Resulta que todos podemos situarnos según cinco dimensiones básicas de la personalidad, que son:

Extraversión
Afán por nuevas experiencias
Tolerancia
Escrupulosidad
Neuroticismo


Tras realizar este viaje-test de turismo interior parece que soy extrovertido, con gran afán por lo nuevo, muy poco tolerante, bastante escrupuloso y muy neurótico.

¿Neurótico yo? ¿No te jode con las iniciativas de las autoridades para salir de la crisis? Esto del turismo interior no me gusta nada. Mejor me voy a dar un bañito a la playa (que es exterior) y que se las arreglen ellos como puedan.