5/5/10

Azúa se despide (mal)



Uno de los grandes escritores que tenemos se retira a sus cuarteles de invierno. Dice que a trabajar. En una carta se despide de sus lectores de El Periódico de Cataluña y, en mi opinión, lo hace mal. Se titula “permitan ustedes que me despida “. Tal vez esté deprimido.

Según él, esto es un caos, España se hunde, el mundo se acaba y ya no quiere participar porque dice que es inútil.

Le contesta Elvira Lindo en uno de los comentarios titulado “catastrofismo”. Pocas veces he leído algo mejor escrito. Me refiero a los dos.

Más abajo otro comentarista habla de la adicción a los blogs. También muy interesante.

Otro dice que: “Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas"
(Bertrand Russell)

Para quién quiera seguir esta apasionante polémica sobre la situación de España, el enlace es:

http://www.elboomeran.com/blog-post/1/8917/felix-de-azua/permitan-ustedes-que-me-despida/

Lo recomiendo, sobre todo algunos de los comentarios. El mío no es de los que me siento más orgulloso, pero ya no lo puedo borrar o rehacer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tantos años vividos para terminar generalizando y usando sin pudor el injusto “todos son”. Más que a los cuarteles de invierno parece que se retira cansado. Ha sucumbido al que señalaba como el enemigo malo, el desánimo. Zapatero no negaba la crisis que llegaba, intentaba evitar la profecía autocumplida contribuyendo al pánico. La ruina no es absoluta. El mundo no se acaba ya que siempre está en crisis, como el cine. Tenemos los mejores partidos que tenemos. ¿Aznar adulto? Parece que el enemigo malo no es el desánimo sino la depresión.

Comentado por: javiuno el 04/5/2010 a las 17:36

Javi dijo...

¿Quién eres, anónimo chivato?

Anónimo dijo...

· La expresión que utiliza Félix de Azúa en su despedida ("ambiente tabernario") me ha recordado inmediatamente estas palabras de Azaña en su diario, refiriéndose a los políticos que le rodeaban, sus compañeros de viaje en aquella nave destartalada conocida como II República Española (pero sin incluirse a sí mismo, faltaría más):

"Veo muchas torpezas y mucha mezquindad, y ningunos hombres con capacidad y grandeza bastantes para poder confiar en ellos (...) ¿Qué va a pasar aquí? ¿Tendremos que resignarnos a que España caiga en una política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta?"

El señor Félix de Azúa está un poco deprimido por el ambiente, lo cual no deja de ser comprensible. Más lo estoy yo. Si es por eso que se retira a sus "cuarteles de invierno", no seré yo quien lo juzgue. Pero que no diga que "es inútil tratar de influir en la vida pública". Eso no es más que una excusa para no hacer nada, y no meterse en líos. Diga que no quiere meterse en líos y lo entenderé (a fin y al cabo, todos somos humanos y con debilidades), pero no diga que es inútil.

"...la deriva de España hacia el modelo italiano se acelera..."

Le corrijo, señor Azúa: la deriva de España hacia el modelo argentino se acelera. Que más quisiéramos nosotros que acercarnos a Italia, aunque su política sea una cosa grotesca.

Un saludo de un antiguo admirador un poco desengañado.
Comentado por: Jeremías Johnson el 04/5/2010 a las 19:53

Anónimo dijo...

"todos los días acuden a mi consulta nuevos pacientes aquejados del mal de ausencia que les provoca el cierre de un foro, la repentina desaparición del moderador de un blog, o, simplemente, la pérdida de perfiles en las redes sociales que acostumbran frecuentar. Si en mis manos estuviera, prohibiría la existencia de estas nuevas drogas inmateriales, porque es verdaderamente lamentable contemplar a tantas personas hechas y derechas comportarse como pequeños ciber-adictos al borde de un ataque de nervios" Según el testimonio de la doctora, se dan casos de personas que han sustituido por completo sus relaciones familiares por el mundo que comparten con sus "amigos" cibernautas. "Me llamó poderosamente la atención el caso de un sexagenario que pasaba más de doce horas al día navegando por la internet. Este paciente había dejado de comunicarse por completo con su esposa y estaba persuadido de que su adicción a la red era en realidad una investigación filosófica de gran relevancia para sí mismo y para los cibernautas a los cuales abastecía con ingentes cantidades de lo que en mi profesión consideramos "trash-data", esto es, información aparentemente cultural que no pasa de trivia intelectual de tercer o cuarto orden. Convencer a un adulto de que está perdiendo el tiempo con sus amigos invisibles, resulta incluso más difícil que explicarle a un niño de ocho años que el amiguito que visita su dormitorio todas las noches no es más que fruto de su imaginación. Debo admitir que, una vez descubierta la falacia de las teorías freudianas, a los psicoanalistas nos está viniendo muy bien esta nueva enfermedad, pero siendo honesta, es mi deber aclarar que, si bien los pacientes aquejados de males edípicos provocaban mi más absoluta conmiseración por el inmaduro estado de su sistema afectivo, los adultos aquejados de "bloguitis" me parecen, simplemente, perfectos estúpidos".